miércoles, 6 de septiembre de 2017

MEMENTO: VIVIR DE LA RUTINA O DE LOS RECUERDOS, NO ES VIVIR



Por Batila Cueva

Hoy en la tarde me puse a ver qué había de nuevo en Netflix y me encontré con un nuevo lanzamiento del que me habían hablado desde hace mucho: Memento.
Mucha gente me la había recomendado y me sorprendí de cuánto me pegó. Esta fue mi conclusión:
VIVIR DE LA RUTINA O DE LOS RECUERDOS, NO ES VIVIR

¿Qué pasa cuando tuviste un accidente de coche que te provocó un daño de memoria y ahora lo ves reflejado en una película?

Este es mi caso.
Nunca había visto esta cinta hasta hoy y creo haberla entendido más que cualquier otra persona…
La importancia de la confianza en uno mismo es lo que resume este guión dirigido por Christopher Nolan.
Llegué a sentirme tan identificada con las acciones del protagonista porque yo pasé por eso, yo sufrí de tal síntoma debido a un accidente automovilístico.
El miedo a hacer algo y que la gente se aproveche de ti, la duda que siempre te queda después de realizar algo y que no sepas si lo estás haciendo mal o bien, debido a que no te acuerdas de la puta cosa que hiciste anteriormente. No saber si los demás te están diciendo la verdad, no poder confiar en NADIE porque no sabes si están jugando contigo o se están riendo de ti.

Es de las cosas más desgastantes que puede haber en la vida. Sin duda también está el que tus papás crean que te “estás haciendo la tonta” porque se te olvidaron las cosas al segundo.

Algunos dirán que no hagas caso, si tu no recuerdas algo lo preguntes y ya. Pero no es tan fácil, cuando sabes que podría ser la 17ava vez que lo has hecho.

Entonces, empiezas a anotar todo lo que tienes que hacer o lo que ya hiciste o preguntaste en clase para que no se te olvide y no lo vuelvas a preguntar.

 Y así te empiezas a acostumbrar a hacer las cosas.

Pero llega un momento en que se convierte en una rutina, te das cuenta de que estás dejando de pensar por confiar siempre en lo que dicen tus notas o más bien no confiar en lo que recuerdas.

Tienes que parar, echarle cabeza a las cosas y arriesgarte, sin importar que preguntes una vez más, lanzarte a cambiar la jugada de las cosas que están previamente establecidas, improvisar, fluir y confiar.

En el momento en que vuelve esa seguridad y confianza que se había ido a causa de tu problema recordando las cosas, entonces te das cuenta que tu discapacidad no era más que una falta de confianza que te hacía dudar de ti mismo.


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