Un tambor, cuando arrancas una cinta
adhesiva, un inodoro, una alarma sísmica. Todos son sonidos que al ser
transformados y añadiéndoles un poco de ritmo, marcando la melodía se
convierten en grandes elementos de una pieza musical.
En una entrevista que realicé a la banda
sonorense, Mud Howlers, ellos cuentan que al grabar su disco, Timeliness, se apoyaron con varios
sonidos ordinarios que les ayudaron a darle forma y dinamismo a la canción:
"… Sin embargo esta vez regresan con un show más evolucionado que incluye medleys nuevos, visuales, más preparación por parte de los integrantes y muchas sorpresas más. Acompañados de diversos instrumentos: bajo, guitarras, teclado, baterías, percusiones, pianolas. Además se ayudan con sonidos ordinarios desde grillos hasta un piano de juguete, cajas de percusiones, cinta adhesiva, etc."Puedes checar la entrevista completa en el sig. link
Esto
habla de la importancia de la improvisación, un buen oído y capacidad de
innovación al componer una nueva canción.
Paul
Banks, solista y vocalista de Interpol, el cual solía hacerse llamar Julian
Plenti cuenta su experiencia en el siguiente video ya que usa este mismo método al
componer sus temas.
Al
parecer el escuchar con atención a los sonidos más insignificantes de nuestro alrededor es una cualidad fundamental en los músicos, de igual forma nos sería de
gran utilidad si nosotros empezamos a reforzarla y así asociar los sonidos que
oímos con experiencias o vivencias de la vida diaria, ¿Qué tal?
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