Observar más allá de lo obvio. Indagar.
El presente va más allá de lo que sucede en un plano terrenal.
Ayer llegué a Oaxaca de Juárez después de
estar preparando este viaje por más de 1 año. Planes, requisitos, ideas,
pensamientos… Todo para ordenar y mentalizar algo que no sabía ni siquiera si
iba a suceder.
Llegué al aeropuerto y tomé una van por
$85 que me dejó directo en el Zócalo de Oax. Estoy en el plan de no gastar mucho,
pero venía con las maletas. Y era necesario.
Me dejó en la Central de Discos así que
con maletas y todo me acerqué a echar un ojo en esa tienda de discos, esas de
las que ya no hay hoy en día sino es Mixup.
Me dio hambre así que salí a la plaza a
ver dónde podía comer. Una chava que estaba sentada al lado de mí en la banca me dijo: “Yo voy
para allá. Si quieres te llevo”
La seguí y nos fuimos platicando todo el
camino, de dónde venía, qué hacía, etc. Al principio lo sentí como un monólogo
hasta que empecé a regresarle algunas preguntas. Menos que las que ella me hizo
pues yo tenía otras cosas en la cabeza como ponerme de acuerdo con la chava que
me iba a rentar el cuarto “Quedé con ella de verla a las 2:30 pm” "¿Todavía no te convenzo?" bromeó Jessica con una sonrisa en la cara.
Pa comenzar a ser una perfecta oaxaqueña
me dirigí al mercadito a comer una tlayuda de tasajo. Jessi, quien para ese
entonces ya se había ganado mi simpatía se sentó al lado de mí y comenzó a
platicarme acerca de su casa y de que vivía enfrente de su hermana, sus
hermanos iban de vez en cuando y pagaba muy poca renta.
“Si te quedas conmigo de plano te
cobraría la mitad pero como hasta los 3 meses”
Mmmm.. tentador, así que acepté la oferta tras
llamarle después de que se había ido pues dijo que tenía prisa.
Tenía que preparar el mole para la cena
de la noche. No pareció importarle el pequeño retraso.
Regresó por mi y nos fuimos juntas al
taxi que nos llevó a Zaachila. Tomamos la carretera y fue un buen tramo, como
de 30 min. hasta que llegamos a una terracería con casas y tienditas. Su casa quedaba a la
izquierda de la 2da calle de la privada Real del Valle.
Mi alma poco a poco estaba más feliz y
contenta. Estaba en un lugar con tienditas de abarrotes en la esquina, con
parques a la vuelta y niños jugando fútbol por todas las calles. Aire fresco y
vida.
“Sí me quedo” Fue mi respuesta. Lo
planteé muy convencida, claro que sigo pensando en la idea de venirme al
centro. Pero por el día de ayer fue la
decisión correcta.
Jessi y yo nos dedicamos a preparar el
mole y el arroz para comer y luego cenar en casa de su hermana. Comimos
mientras cantábamos canciones de “La Arrolladora”, nos sentamos a platicar en
la escalera con la puerta abierta.
“No se puede salir en este lugar, menos
en la noche” me advirtió desde que llegamos. “Casi nadie sale, todos están en
sus casas”
Cada vez me caía más bien esa Jessi, una
chava ocurrente, alivianada, honesta, simpática. “Si quieres vamos a conocer el
parque pero en la bici. Sólo porque estás tú” Y nos subimos cada una en una
bici y fuimos a andar por las calles de Zaachila, fuimos al parque y vimos
jugar futból a unos niños. Luego fuimos a la biblioteca. No renté ningún libro aunque estuve a 2 de
hacerlo, atrapé uno de las raíces oaxaqueñas que me echó ojitos, pero traigo 5 libros en mi mochila.
Al llegar fuimos a casa de su hermana,
Sol, donde cenamos con sus hijos Fergus y Emma. Unos niños de lo más simpáticos
que me platicaron acerca del presidente de Zaachila, de su escuela, etc. etc.
¿Quieres jugar ajedrez? Me dijo Fergus. Y
fue así como terminamos la noche jugando ajedrez después de echar unas risas
junto con Sol y Jessi.
Hoy en la mañana me vine a Oaxaca al Café
Brújula para sacar dinero que le debo a Jessi, seguir buscando más gente y oportunidades en esta ciudad que tiene
tanto por conocer. Después de todo, mi día de ayer fue una perfecta bienvenida a esta región mezcalera.