miércoles, 2 de septiembre de 2015

6 cosas que debes de conocer a la perfección (y seguramente te han sucedido) si eres un peatón

Por Ana Paula Terán L.

Si eres uno más de los que deambulamos por las calles sin dirección alguna (la mayoría del tiempo) y sin un vehículo propio de por medio, seguramente has de saber que hay muchas cosas que pueden suceder de imprevisto antes de llegar a tu destino.
Hay cosas por las que nosotros pasamos que requieren de muchos años de “entrenamiento”, por así decirlo. No cualquiera puede soportar ni tiene la habilidad de sacar el dinero, contarlo, cuidar que no se te caiga la mochila, checar que estés yendo en la dirección correcta, cuidarte de la gente, etc. Para que además de todo eso te subas al camión y este lleno de gente que tengas que empujar y esquivar, soportar codazos, agarrones y algunas veces sale de la boca de un caballero el tss.. mamacita que recibimos todas las mujeres.
Por todo eso y más, es necesario que estés atento y domines estas medidas de precaución (y cosas que debes tener en mente) que te recomiendo ampliamente que sigas para evitar muchos de los líos en los que puedes llegarte a meter:



1. En primera y creo que la principal, al menos la que sucede más a menudo y para mí es de las más importantes. Cuando estás cargando todas tus cosas (mochila, celular, cuaderno, dinero, papas que acabas de comprar) Y encima a alguien se le ocurre hablarte (la mayoría de las veces es para una tontería), entonces tienes que quitarte los audífonos que son lo que hace tu viaje en el transporte público divertido (por no decir más soportable) para lo cual no tienes manos en ese momento. Luego cuando quieres seguir con tu camino y volverte a poner los audífonos es aún más complicado, te dan ganas de pedirle al que está al lado de ti en la parada de camión que te detenga las cosas.

2. Esto también es básico. Debes de tomar en cuenta, que no todo mundo toma la misma ruta que tú para llegar a los lugares. Esto es muy importante, porque si estás tomando ese camión porque pasa por algún lugar que tu recuerdas que te llevaba a tu casa, casa de tu amigo, o a tu tienda favorita, ¡¡¡¡Olvídalo!!!!, en el último momento el camión (o transporte) puede tomar otra ruta y tu plan se fue a la basura.

3. Cuando una vez que te subes al camión, todo va a la perfección, sólo estás esperando que llegue tu parada para apretar ese botón rojo en el tubo metálico para que el camión se detenga y tu puedas bajarte feliz de haber llegado a tu destino.
Claro, pero antes de eso tienes que pasar unas cuantas cuadras más. Sólo son pocas, así que no te preocupas.
El problema es cuando durante esas pocas cuadras se sube una manada de gente, de esas que pocas veces has visto junta.
Total, que cuando llegas a tu parada el camión ya parece transporte de carga. Y para llegar a tocar “ese inalcanzable botón” tienes que pasar por 100 mil obstáculos, ni hablar de cuando se te pasa la parada mientras estás luchando contra toda esa gente.






4.  (Me cansé sólo de haber relatado el tercer punto jaja)
El cuarto habla de cuando no tienes lugar para sentarte. El chofer no dudará en decirte que te sientes en la cubeta (o silloncito, si es que hay) que tiene al lado de él.

5. Siempre pasa que alguien quiere pasar el dinero pero está muy lejos del chofer para dárselo él mismo, entonces no le quedará más opción que dártelo a ti para que se lo pases.
Y en cuanto le hagas el favor a él, los otros 10 que te rodean descubrirán que es una muy buena idea entonces, te lo pasarán a ti también. En ese momento, te habrás convertido en el “achichincle” del chofer.

6.“Maldita hueva, sal de este cuerpo chambeador”, “Las nenas van en la piernas del chofer” o “Las nenas en las piernas del chofer no pagan”, “Prohibido robar, el gobierno no acepta competencia” son algunas de las simpáticas frases que te encontrarás en los camiones.



Estas son algunas de las anécdotas que sobrevivimos y nos sacan una carcajada cada vez que vamos a aventurarnos un día más al transportarnos en la Ciudad de México.
Espero te hayas sentido identificado si lo has vivido antes, y si no tomes tus precauciones para cuando llegue el momento. (Conste que yo te lo advertí)



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