El evento tomó lugar el día de ayer, 25 de septiembre, en Tamaulipas 202, Centro Cultural Bella Época, lugar en el cual nunca había estado así que me dio mucha curiosidad conocerlo, además de que la razón principal fue que fui invitada por mi maestra de la universidad, Mónica Soto Icaza, quien presentaría el libro: Por una vida sexy. Así que era la oportunidad perfecta para introducirme a lo que se conoce como: Novela Erótica.
Noctámbulos era el nombre del ciclo que incluía esta presentación que lanzaba un concepto editorial dedicado al erotismo.
Al iniciar en punto de las 7:00 pm, Mónica Soto apareció diciendo unos versos de los poemas incluidos en sus libros. A continuación presentó a Rubén Gómez Perales, amigo suyo y productor de varios canales de televisión, entre ellos SHE (Sexuality, Health & Entretainment) que toca temas de salud y entretenimiento, desde el punto de vista de distintos especialistas. Gómez Perales llevó la entrevista y se encargó de preguntar a la escritora sobre el tema de sus libros que muchos son novelas antiguas (El Cantar de los Cantares, obras de Sor Juana Inés de la Cruz y Cartas de una monja enamorada) adaptadas a la modernidad y obviamente resaltando su lado sexual. El fin de estos libros es conectar a las personas con sus emociones, y con todo lo que te hace sentir.
Durante los intermedios nos deleitábamos con un relajante saxofón a cargo de Eduardo Escalante, el piano con Humberto García y la soprano Diana Mathes. Interpretaron canciones como Bésame Mucho, Contigo en la distancia y La vie en rose. La verdad es que a pesar de ser un número al cual no estoy acostumbrada a ver, por el dramatismo de la soprano y los altibajos de su voz, creo que encajó perfecto con el concepto del evento que te invitaba a relajarte y a oír música tranquila. El saxofón fue mi favorito pues siempre me ha encantado el sonido de ese instrumento, y acompañado con el piano de Humberto García hacían un muy buen trío.
La entrada libre en el evento fue una de las razones de que estuviera llenísimo pero además Mónica supo llevarnos de la mano contando sus historias, platicando las razones de por qué había escrito cada libro y sacaba uno que otro chiste para traer un poco de picardía al evento.
Al final nos quedamos a brindar y a comer unos bocadillos para festejar.
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