domingo, 27 de enero de 2019

¿Qué cosa fuera la maza sin cantera?

Desde que yo era muy chica he escuchado de cerca la trova. Fue uno de los géneros musicales que marcaron mi niñez, mi mamá era aficionada a todas las canciones de estos bohemios. En especial de Fernando Delgadillo.

Edgar Oceransky, Pablo Milanés, Luis Eduardo Aute, Caito y Silvio Rodríguez también entraban en este grupo de poetas desesperados.
Así como otros amigos suyos trovadores de los cuales nunca faltaban los discos en el reproductor del carro. Eso significaba que los oiríamos una y otra vez durante los siguientes 3 meses.

A mis 8 años, la verdad, lo que yo captaba era un ritmo pegajoso, guitarras relajantes, hombres que contaban historias de amor y una mamá enamorada del amor. Romántica a su manera, claro.

La Maza es una canción de Silvio Rodríguez que he escuchado demasiadas veces y una de las que más me gustan  (Ahora que la escuché mientras mi papá y yo cenabamos, llegué a esa conclusión) Sin embargo NUNCA me había detenido a escuchar la letra.

"si no creyera en mi camino. Si no creyera en mi sonido. Si no creyera en mi silencio... ¿Qué cosa fuera?"

La importancia de tener Fé en ti misma y en tus ideas. De otra manera ¿Quién creerá en ti?
Si tu no le das la importancia a tus ideas.

"si no creyera en algo puro"
 La raíz de todo, lo que no está fabricado, ni maquillado.  Lo que es.

Lo que te hará perseverar, te dará fe, sustentabilidad y hasta te hará levantarte cuando no tengas fuerza. Esa es la importancia de lo que crees. Lo que tomas como tuyo. Lo que vas a reflejar en tus actos y en tus palabras.

Lo que construyes.

Pero... ¿A caso no todas son ideas a las que puedes traicionar cuando menos te lo esperes, cuando te canses de defender lo mismo toda la vida? La congruencia es lo más fácil de perder, todos estamos en constante evolución todo el tiempo.

Actúa como piensas  O terminaras pensando como actúas.

¿Qué tanto de cierto tiene esa frase?

sábado, 26 de enero de 2019

26/01/19.

La vida, qué aventura. No existe un manual, una serie de pasos y cada persona se las arregla a su manera. Es cuestión de prioridades, entre otras cosas.

Mi fin en esta vida es disfrutar todo lo que haga. Para mí esto no se trata de lograr el mayor número de triunfos o el vivir la mayor cantidad de experiencias sin sentido. Si no disfrutas cada una de las cosas que vas haciendo, entonces ¿Para qué las haces?

Experiencias que te van formando, que te van moldeando y te hacen ser lo que eres. Tú decides cuáles vivir y cómo vivirlas. Momentos, cada experiencia está hecha de ellos.


Intento disfrutar al máximo cada momento que estoy viviendo. Mi mente vuela, entonces a ratos es difícil. Quiero alcanzar el cielo, alcanzar una meta inexistente que no sé dónde está ni cómo llegar a ella. 
Entonces me enfoco en lo banal, en lo terrenal y en lo tangible porque eso es lo seguro. 

La vida no es "segura", es cuestión de explorar, tratar, arriesgar, fracasar y salir adelante otra vez.

Eso es lo único que me liberará. Que me dará una nueva perspectiva y una nueva visión, no la visión repetida que me cansa y me encierra en un mismo ciclo. Pero al mismo tiempo que me encuentro siempre repitiendo.

Platicando ayer con Martín, un amigo de mi antiguo trabajo "La Jefa", un comedor en Coyoacán, sentados en los andenes del Metro reflexionamos acerca de la intrascendencia de los actos y al mismo tiempo la importancia de cada uno de ellos para ir formando tu camino en la vida. La prisa que va desapareciendo poco a poco y va cobrando más importancia el disfrutar la vida, el momento.

El ego es algo tan imaginario y las redes sociales también. Las noticias en Internet, los medios incluso hacen que cualquier información publicada, sea lo que sea forme parte de la "realidad virtual", la existencia de las "noticias".

Esperamos unos cuantos vagones, los dejamos ir. Nos enfocamos en seguir la plática. Después de 4 o 5 nos subimos al transporte y nos dirigimos a Tacubaya...

jueves, 24 de enero de 2019

Sigo buscando en el arte...

Sigo buscando en el arte respuestas que no tengo... respuestas que no encuentro en ninguna otra parte y que creo que pueden estar en las "obras maestras" ¿Debería llamarlas así?
¿Qué es una obra maestra? ¿A caso una obra maestra no es cualquier creación del ser humano? Sea reconocida o no, cualquier expresión del hombre es SU obra maestra. Los estereotipos o los estándares previamente marcados por la sociedad son nuestro parámetro para determinar si algo es "Bonito" o "feo". Siglos atrás, desde los cánones estéticos establecidos en la antigua Grecia la belleza ha sido dictaminado como algo "perfecto" a la vista del hombre, algo simétrico y calculado.
Esta idea ha pasado a través de muchas generaciones dando como resultado la idea o creencia de que si hacemos las cosas a la "perfección" o calculando todo de manera exacta entonces estaremos en lo "correcto" o en el camino del bien, por así decirlo. Pero la pregunta es ¿Cuál es el camino que yo quiero?

En mis vacaciones, en Hermosillo, vi a mi tía Ana que acaba de armar un Taller de Barro para personas en Sonora que quieran desahogarse a través del arte, lo cual me parece magnífico ya que es algo que le viene muy bien a Hermosillo, desde lo que yo me acuerdo no existe algo así, pero hace mucho que ya no vivo ahí. En fin, fui al taller y me pusieron una masa de arcilla enfrente, la prueba de fuego: "Haz lo que quieras, lo que se te ocurra. Sin juzgarlo" Suena bastante fácil, pero ante una mente que ha estado acostumbrada a etiquetar, a catalogar algo cada vez que lo ve, es de las cosas más difíciles. Ahora entiendo realmente el propósito de esa actividad.

Mi decisión de irme a Oaxaca a buscar nuevas oportunidades, a empezar "mi vida como un adulto" ha estado fluctuada por la incertidumbre de estar haciendo lo mejor para mí o llegar a un punto en el que me quede "valiendo madre" allá, sin vuelta atrás.

Después de 1 año o más de estarlo pensando puedo decir que eso sólo depende de mí. Mi potencial para salir adelante está acá adentro. No hay más. La vida se trata de eso. "Darle la vuelta a las cosas" como diría Mary, la señora que trabajaba con mi tía. "Pero nunca rendirte, esos retos sólo te harán más fuerte porque la vida no es fácil, está hecha de retos." Ese es un resumen de la plática que tuvimos ayer en la cocina. Conversaciones que te marcan. Te ayudan a resolver dudas que te tenían bloqueada.
Y sin más aquí estoy con una mente más clara, podría decirse. Dejando entrar únicamente lo importante para mí, oyendo a Los Aguas Aguas y después de 1 hora de ejercicio que me despejó e hizo correr mi energía recordándome que hay mucho más allá de lo que estoy "consciente" diariamente.


Escribo mientras veo a Walter White idear planes fríamente calculados junto con Jesse Pinkman en esta "obra maestra": Breaking Bad.

martes, 22 de enero de 2019

La magia del momento o el momento de la magia.

En repetidas ocasiones me pasa que en mi mente viaja. puede disfrutar, pero no saborea la plenitud de este momento. Me quedo sin disfrutar la magia. ¿Y es que, qué es este momento si no es lo que es? Sin más, lo que tenemos en frente y sobre lo que actuamos en el día a día.

El día de ayer me marcó una mamá que decidió educar a sus hijos, de 3 y 2 años, bajo un sistema llamado Unschooling. Un nombre bastante llamativo que me despertó interés suficiente para aceptar la invitación, o la oferta laboral. En realidad ya no sé si lo hago por gusto o dinero. Porque no me pagan gran cosa y creo que en estos momentos necesito un poco de espíritu infantil para alimentar mi creatividad e ingenio.
El punto es que me dirigí a su casa, el día de ayer y llegué a toparme con una casa que tenía una manera bastante diferente de funcionar a todas las casas que yo he visitado antes.
La mamá en pantuflas me recibió y me llevó a la sala donde estaban sus 2 hijos en pijamas.
“Es que hoy es día de leer cuentos, al rato iremos al parque”.

Al estar platicando con la mamá me confesó que había recurrido a ese método de enseñanza porque se había dado cuenta de los chantajes, presiones y vida cuadrada a los que nos vemos sometidos bajo el método de enseñanza tradicional.
Valiente la señora, ya que esto implica tener que idear una actividad nueva todos los días para que los niños aprendan algo nuevo.

El día de mañana la acompañaré a llevarlos al acuario para que aprendan lecciones acerca de la vida marina.

El día de hoy fui a visitar una Fábrica de Cine en la que me platicaron acerca de la realización de las diferentes películas y platiqué con uno de los guionistas que resultó ser amigo de la infancia y pariente mío de tercer grado. Algo bastante lejano.

Con todo esto retomo la premisa con la que empecé este escrito. Si no mantienes tu mente enfocada en el aquí y en el ahora todo te puede pasar como si estuvieras dormida, o como si no estuvieras viviendo realmente.

Y sí, eso suena bastante cliché “Tu mente enfocada en el aquí y en el ahora” pero ¿qué es un momento en el que no interactúas y simplemente te mantienes al margen de un espectador sin “meter de tu cuchara”? No es un momento realmente vivido.

No importa la cantidad de experiencias que tenga al día, si no me involucro en ellas simplemente quedo como ajena a ellas, como si me las estuvieran contando o como si las estuviera viendo en la televisión, a través de un cristal sin poder ser partícipe de ellas.


Me voy a dormir. Mañana iré con los niños al acuario y procuraré que aprendan cómo hace el pez globo. Primer paso para involucrarme más en el momento.