miércoles, 27 de noviembre de 2019

Los extremos, qué peligrosos pero inevitables. Tremendos abismos en los que te ves sumido. Bandos que no te dejan opción para el cambio o para la flexibilidad. O tener flexibilidad dentro del extremo, la mejor apuesta.
Crecer dentro de la indecisión, dentro de las pruebas que te pone la vida, en medio de los baches y de los tormentos. Ahí está la verdadera fortaleza. No en esquivarlos, sino en vivirlos y salir de ahí más fuerte, más visionaria, más flexible y más chingona.

A lo largo de mi vida me he topado con situaciones que he logrado resolver por medio de la certidumbre y lo "claro" , pero ¿Qué pasa cuando lo que no está claro es la mejor respuesta para tu problema y es lo que te va a permitir pensar más allá, liberando tu alma y permitiendo explotar más tus capacidades? Algo que sin duda no hubieras podido hacer si todo se hubiera mantenido "claro".

Qué va, el tiempo lo dirá todo. Todo se acomoda como tiene que ser y mientras tu disposición este abierta y puesta para escuchar los mensajes d la vida. Ahí está todo.

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