Un disco que te inyecta de rock, sonidos ancestrales, mucho ritmo y canciones como Nubes que están dedicadas al amor pero luego pasan a los misticismos de Piedra que se remontan a los días en los que Saúl Hernández era un adicto, pero que a partir d eso compuso una obra de arte. Un material compuesto en 1992 con 14 temas que te llevan "hasta morir".
En la portada puedes ver tonos tribales que te invitan a descubrir el típico estilo de Caifanes, siempre aludiendo al pasado y a las culturas de hace años atrás.